Semanas de recuperación al correr
Resumen:
Las semanas de recuperación no son señal de debilidad, sino de un plan de entrenamiento inteligente. Todo corredor, desde principiante hasta élite, llega a un punto en el que el estrés del entrenamiento empieza a acumularse. Si nunca aflojas el acelerador, tu cuerpo no se adaptará y tu progreso se estancará. Ahí es donde entran en juego las semanas de recuperación. Estos reinicios planificados permiten que tus músculos, mente y sistema nervioso se recarguen, para que puedas volver más fuerte. En esta publicación, explicaremos cuándo programar una semana de recuperación, qué hacer durante ella y cómo saber si ha funcionado.
Por qué son importantes las semanas de recuperación al correr
El entrenamiento duro impulsa la mejora, pero solo si se combina con el descanso. Cada entrenamiento somete a tu cuerpo a un estrés intenso. Al acumular sesiones semana tras semana, la fatiga se acumula, aunque sea sutil. Sin la oportunidad de recuperarte, es probable que te estanques o, peor aún, que caigas en una espiral de agotamiento o lesiones.
Las semanas de recuperación ayudan a prevenir esto. Crean espacio para que tu cuerpo absorba las ganancias del entrenamiento anterior. Reconstruyes el tejido muscular, repones las reservas de energía, restauras los niveles hormonales y restableces tu sistema nervioso. Y, lo que es igual de importante, le das a tu mente un respiro del esfuerzo constante.
Si quieres progresar a largo plazo y un rendimiento constante, no puedes entrenar duro todo el tiempo. Las semanas de recuperación te ayudan a mantenerte en forma.
Cuándo tomar una semana de recuperación
El mejor momento para una semana de recuperación es antes de que realmente la necesites. La mayoría de los corredores se benefician de tomar una cada 3 a 5 semanas, dependiendo de la intensidad y duración de sus bloques de entrenamiento. Es especialmente importante después de un período de alto kilometraje, grandes aumentos de intensidad o entrenamientos específicos para la carrera.
Dicho esto, hay señales de advertencia de que tu cuerpo podría necesitar uno antes:
Tus piernas se sienten pesadas en los días fáciles
Duermes mal o te despiertas cansado.
Tu motivación o estado de ánimo bajan
Las carreras fáciles empiezan a sentirse difíciles
No puedes alcanzar tus ritmos habituales
Si aparecen estas señales, es mejor programar una semana con menos actividad de inmediato. Esperar demasiado podría llevarte al límite.
Las semanas de recuperación planificadas siempre son más efectivas que las reactivas. No esperes a tener dificultades.
Qué cambiar durante una semana de recuperación
Recuperarse no significa parar. Significa adaptarse. El objetivo es reducir el estrés total al que está sometido tu cuerpo, tanto por volumen como por intensidad, manteniendo al mismo tiempo un ritmo en tu rutina.
1. Reducir el volumen
Reduce tu kilometraje semanal entre un 30 % y un 50 %. Si sueles correr 40 km a la semana, intenta correr entre 20 y 28 km. La reducción exacta depende de lo cansado que te sientas y de lo intensas que hayan sido tus últimas semanas. Sé precavido. Es mejor salir con buen pie que agotado.
2. Eliminar intensidad
Evita las sesiones de umbral, tempo, cuestas o velocidad. Nada de intervalos, esfuerzos intensos ni pruebas. Deja que tus piernas se recuperen por completo del estrés de los entrenamientos estructurados. Si te encantan los entrenamientos estructurados, puede ser útil sustituirlos por carreras relajadas o ejercicios ligeros, pero que sean muy suaves.
3. Acortar el largo plazo
Tu carrera larga debería seguir realizándose, pero con menor volumen e intensidad. Intenta recorrer entre el 60 % y el 75 % de tu distancia habitual. Mantén un ritmo totalmente natural, permaneciendo en la zona 1 durante todo el recorrido. Esto mantiene tu resistencia base sin añadir fatiga adicional.
Lo que puedes conservar
El movimiento sigue siendo útil durante la recuperación. Correr con suavidad favorece la circulación, ayuda a eliminar desechos y mantiene el ritmo mental intacto. La clave es mantener la calma.
Esto es lo que vale la pena conservar:
Pistas fáciles solo en la Zona 1
Sesiones cortas de 20 a 45 minutos
Trabajo de movilidad y estiramiento
Zancadas o ejercicios (solo si te sientes bien)
Entrenamiento de fuerza ligero (si la energía es alta)
El objetivo es mantenerse activo sin sobrecargar el sistema. Piensa en esta semana como una recarga de energía, no como un retiro.
Ejemplo de plan de recuperación semanal
A continuación se muestra un diseño de muestra para una semana de recuperación de 7 días que mantiene su cuerpo en movimiento y al mismo tiempo reduce el estrés:
Lunes: Día de descanso o trote suave de 30 minutos
Martes: Carrera en zona 1 de 40 minutos
Miércoles: Descanso o entrenamiento cruzado ligero
Jueves: Trote de 30 minutos con zancadas opcionales
Viernes: Descanso total o caminata suave
Sábado: Carrera suave de 45 minutos
Domingo: Carrera larga acortada (por ejemplo, 60 % de la distancia habitual) con esfuerzo suave
Esta plantilla te da estructura sin forzar el volumen ni la intensidad. Puedes modificarla según tus necesidades. Usa la calculadora FLJUGA para registrar tus zonas de frecuencia cardíaca y guiarte en carreras de recuperación más inteligentes.
Errores a evitar
Las semanas de recuperación solo son efectivas si realmente te comprometes a recuperarte.
Aquí hay algunas trampas que debes evitar:
Avanzar de todas formas.
Introducir una carrera de umbral o repeticiones inesperadas en cuestas frustra el objetivo. Guarda esos esfuerzos para la próxima semana.
Detenerse por completo (a menos que sea necesario).
El descanso total no es ideal, a menos que esté muy fatigado o se recupere de una enfermedad. Un poco de movimiento ligero ayuda a una mejor recuperación.
que recuperarse es una pereza.
Reducir el ritmo significa perder el progreso. En realidad, es aquí donde ocurre la adaptación. Tu cuerpo se fortalece, no se debilita.
Descuida la fatiga mental.
Si entrenar te ha parecido agotador, dale tiempo a tu mente para recargarse. Olvídate de la presión, olvídate de la tecnología o corre una nueva ruta solo por diversión.
Cómo saber si funcionó
Una semana de recuperación bien ejecutada debería hacerte sentir:
Más fresco y con más energía
Mentalmente más motivado
Mejor descansado (sobre todo calidad de sueño)
Más ligero en las piernas
Más fuerte en tus próximas sesiones clave
Si cumples con esos requisitos, tu semana de recuperación ha cumplido su función. Si no, quizás necesites descansar un poco más o revisar mejor tu equilibrio general de entrenamiento.
Mini preguntas frecuentes: Semanas de recuperación al correr
¿Con qué frecuencia debo tomar una semana de recuperación?
Planifique una cada 3 a 5 semanas o cuando note que los síntomas de fatiga aumentan.
¿Puedo seguir corriendo durante las semanas de recuperación?
Sí, solo mantén todas las carreras cortas, suaves y totalmente aeróbicas en la zona 1.
¿Pierdo la forma física durante una semana de recuperación?
No. Se consolidan las ganancias del entrenamiento anterior. La recuperación es lo que permite progresar.
¿Debería omitir también los ejercicios de fuerza y movilidad?
Solo si te sientes agotado. Si tienes buena energía, un trabajo ligero de movilidad o core está bien.
¿Qué pasa si me siento peor después de una semana de recuperación?
Es señal de fatiga más intensa. Tómate unos días más tranquilos y revisa tu último bloque de entrenamiento.
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Correr: ¿Qué es el sobreentrenamiento?
Distancia
Entrenamiento de 5 km: Guía de recuperación semanal
Entrenamiento de 10 km: Guía de recuperación semanal
Entrenamiento para media maratón: Guía de recuperación semanal
Entrenamiento para maratón: Guía de recuperación semanal
Reflexiones finales
Las semanas de recuperación son una de las partes más importantes y olvidadas de las carreras de larga distancia. Si se usan correctamente, prolongan la vida útil de tu entrenamiento, previenen lesiones y te fortalecen con el tiempo. No son un descanso del entrenamiento, sino una parte fundamental del mismo. Si quieres ganar consistencia y longevidad en tus carreras, no esperes a estar exhausto. Planifica tu recuperación de la misma manera que planificas tus entrenamientos. Tu cuerpo te lo agradecerá.
¿Cuando está previsto el próximo?
Consulte siempre con un profesional médico o un entrenador certificado antes de comenzar cualquier nuevo programa de entrenamiento. La información proporcionada es solo para fines educativos y no sustituye el asesoramiento personalizado.