El miedo al fracaso: cómo replantear los peores escenarios
Resumen
El miedo al fracaso puede influir discretamente en las decisiones que toman los atletas, como evitar sesiones clave, rendir por debajo de lo esperado el día de la carrera o reducir sus objetivos para mantenerse a salvo. Esta publicación explora cómo el miedo al fracaso se manifiesta en el entrenamiento de resistencia, por qué afecta más de lo que admitimos y qué hacer al respecto. Aprenderás a redefinir el fracaso, a separar tus resultados de tu identidad y a replantear los contratiempos como parte del proceso de crecimiento. El fracaso no es el fin, es parte de fortalecerse.
Enfrentando el miedo del que no hablamos
En de resistencia , no hablamos lo suficiente del fracaso. Entrenamos para evitarlo, corremos para superarlo y definimos nuestro éxito por lo bien que lo controlamos. Pero incluso los atletas mejor preparados no alcanzan sus objetivos, tienen un mal día y no alcanzan sus metas . Cuando eso sucede, no es solo físico, sino personal. El miedo al fracaso no se trata de falta de preparación. Se trata de lo que sucede después de que las cosas salen mal: el juicio, la decepción y la crisis de identidad.
Pero la verdad es esta: el fracaso es parte del camino y no es el final de tu historia, es uno de los capítulos que definen quién te convertirás. En esta publicación, analizaremos cómo surge el miedo al fracaso, por qué importa más de lo que nos gusta admitir y cómo replantear la narrativa para que puedas seguir adelante, incluso cuando la meta parezca lejana.
Cómo se ve realmente el miedo al fracaso
El miedo al fracaso no siempre es dramático. No siempre se manifiesta como pánico o abandono.
La mayoría de las veces, se esconde en las pequeñas decisiones que tomamos cada día:
Saltarse una sesión clave “por si acaso” no te sientes lo suficientemente fuerte
Correr a un ritmo más lento en una carrera para no correr el riesgo de estallar
Evitar inscribirse en eventos que te entusiasman
Dudar de ti mismo antes de realizar esfuerzos duros, incluso cuando el entrenamiento dice que estás listo
La fijación en las métricas y los resultados como prueba de valor
También puede sonar como:
“Si no hago relaciones públicas, ¿qué sentido tiene?”
"¿Qué pasa si todos ven que me quedo corto?"
“Si hago mi mejor esfuerzo y aun así fallo, ¿qué dice eso de mí?”
Estos no son pensamientos sobre el desempeño, son pensamientos sobre la identidad.
Por qué el miedo al fracaso perjudica el rendimiento
Cuanto más tememos al fracaso, más apostamos por lo seguro. Eso significa frenar las carreras, no poner a prueba nuestros límites y nunca ver realmente de qué somos capaces. Con el tiempo, esto erosiona la confianza, reduce nuestros objetivos y hace que el deporte parezca más pesado de lo que debería.
Peor aún, crea un bucle:
Tienes miedo de fracasar
Evitas esforzarte al máximo para protegerte.
De todos modos te quedas corto
Confirmas tu miedo
Temes aún más al fracaso
Este ciclo erosiona tu alegría. Pero se puede romper.
Paso 1: Define qué significa realmente el fracaso para ti
Pregúntate: ¿A qué le temo realmente? A menudo no es al fracaso en sí, sino al significado que le das.
Por ejemplo:
“Si abandono la tarea, pareceré débil”
“Si no alcanzo mi ritmo, me sentiré como un fraude”
“Si no mejoro, nunca seré lo suficientemente bueno”
Estos miedos se basan en la identidad, no en el rendimiento. Escribirlos ayuda a aclarar las cosas. No se puede replantear lo que no se ha definido.
Paso 2: Replantear el peor escenario posible
Vamos allá. ¿Cuál es tu peor escenario? ¿No terminaste? ¿Tuviste que caminar? ¿No alcanzaste tu tiempo objetivo? Bien. ¿Qué pasa ahora?
Aprendes dónde estaban tus límites
Descubres lo que necesitas para entrenar de forma diferente
Te demuestras a ti mismo que incluso después de fracasar, regresaste.
A menudo, lo que más tememos ya le ocurrió a alguien a quien admiramos y siguió adelante. El fracaso no es tu enemigo. Es tu maestro.
Paso 3: Da la vuelta al panorama: ¿Qué pasa si el éxito incluye contratiempos?
¿Qué pasaría si no vieras el fracaso como una prueba de que no eres lo suficientemente bueno, sino como una prueba de que lo estás intentando? Replantea el propósito de cada carrera o sesión. En lugar de " Tengo que triunfar ",
intentar:
“Estoy aquí para ponerme a prueba honestamente”
“Estoy aquí para crecer, no para demostrar”
“El éxito hoy puede no parecerse a un récord personal, puede parecer un esfuerzo total”
Cuando el objetivo pasa de la perfección al progreso, el miedo al fracaso pierde su control.
Paso 4: Separar el resultado de la identidad
No eres tu resultado, ni tu ritmo, ni tu potencia, ni tu puesto en la clasificación. Eres un atleta que entrena, se esfuerza y crece.
Escribe esto:
“Puedo fracasar sin ser un fracaso.”
Recuerda esta verdad antes de cada carrera, cada sesión y cada meta que te dé miedo. No te ablanda, te hace resiliente.
Paso 5: Normalízalo. Todos fallan. Sí, todos.
Todo atleta ha fracasado , ha tenido un rendimiento inferior al esperado, ha sentido dudas. La diferencia no radica en quién fracasa, sino en quién sigue adelante. Al normalizar el fracaso, se le quita la vergüenza. Puedes mirarlo a los ojos y decir: "Vale. Eso pasó. ¿Qué sigue?".
Preguntas frecuentes: miedo al fracaso
¿Cómo sé si el miedo al fracaso está afectando mi desempeño?
Si constantemente te esfuerzas poco, evitas las carreras objetivo o sientes una ansiedad profunda antes de las sesiones, podría ser una señal de que estás dejando que el miedo determine tus decisiones.
¿Debo dejar de fijarme grandes metas si sigo sin lograrlas?
Para nada. Las metas son motivadores poderosos, pero solo si van acompañadas de autocompasión. Sigue soñando en grande. Pero no dejes que el perfeccionismo te robe la alegría del camino.
¿Cuál es la mejor manera de recuperarse después de un gran fracaso?
Reflexiona con honestidad. Escribe lo que sucedió, lo que aprendiste y lo que harás de manera diferente. Luego, reinicia con una acción pequeña y alcanzable para recuperar el impulso.
¿Puede ayudar trabajar con un coach o psicólogo?
Sí. Los entrenadores pueden ayudar a replantear las expectativas de rendimiento y los psicólogos deportivos ofrecen herramientas para gestionar la mentalidad y el miedo. No tienes que hacerlo solo.
Reflexiones finales
El miedo al fracaso es fuerte, pero tu disposición a perseverar es aún más fuerte. No necesitas ser intrépido. Necesitas ser lo suficientemente valiente para fracasar y aun así volver a intentarlo. Porque ahí es donde reside el verdadero crecimiento, no en las carreras perfectas, sino en las imperfectas que te hicieron más fuerte.
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La información proporcionada en FLJUGA tiene fines exclusivamente educativos y no constituye asesoramiento médico, psicológico ni de entrenamiento. Consulte siempre con un profesional médico cualificado, un profesional de la salud mental o un entrenador certificado antes de comenzar cualquier nuevo programa de entrenamiento o de mentalidad.