Las historias que nos contamos: identidad narrativa en el deporte

Resumen:
Cada atleta lleva consigo una historia, algunas contundentes, otras discretas, poderosas. Estas narrativas internas moldean cómo entrenamos, competimos y nos recuperamos. Este blog explora el concepto de identidad narrativa en el deporte: cómo las creencias que tenemos sobre nosotros mismos impactan en el rendimiento y cómo podemos reescribirlas para volvernos más fuertes, más seguros y tener más control sobre nuestro futuro.

Ciclistas corriendo por una curva cerrada que simbolizan historias personales y motivación mental.

Cada deportista tiene una historia.

Algunos son ruidosos:

“Nunca termino fuerte”.

“Tengo que demostrar lo que valgo.”

Otros son silenciosos, casi invisibles:

“No soy como los verdaderos atletas”.

“Soy yo el que siempre se lesiona.”

“Sólo soy bueno sufriendo, no ganando”.

Son más que pensamientos. Son identidades, historias que nos contamos sobre quiénes somos, de qué somos capaces y en qué tipo de atleta podemos convertirnos. Este blog explora la idea de la identidad narrativa en el deporte: cómo las historias internas que llevamos dentro moldean nuestro entrenamiento, mentalidad, resiliencia y, aún más importante, cómo reescribirlas para que nos sirvan, no para que nos sabotee.

¿Qué es la identidad narrativa?

La identidad narrativa es la historia interna que creas sobre tu vida. Es la forma en que le das sentido a tu pasado, interpretas tu presente y proyectas tu futuro.

En el deporte, tu identidad narrativa a menudo suena así :

  • "Soy valiente, no talentoso".

  • “Siempre estoy persiguiendo, nunca liderando”.

  • “Soy muy bueno en los entrenamientos, pero me desmorono en las carreras”.

  • “No tengo cuerpo de corredor”.

  • "Soy la historia del regreso".

Estas historias no son hechos. Son marcos. El marco que uses determinará en qué te centras y qué crees sobre tus límites.

Cómo las historias influyen en el comportamiento atlético

Tu historia no es sólo emocional, es conductual.

Por ejemplo:

  • Si tu historia es " No soy un corredor fuerte ", es posible que inconscientemente tengas un rendimiento inferior en las sesiones de carrera, evites acelerar el ritmo o te rehúyas a las rutas con colinas.

  • Si tu historia es “Siempre me derrumbo en la recta final”, es posible que te desconectes mentalmente antes del final, incluso cuando tu cuerpo aún sea capaz.

  • Si tu historia es “Soy el que trabaja duro, no el que tiene talento”, es posible que te entrenes en exceso para compensar, sin permitirte nunca descansar sin culpa.

La historia se convierte en una profecía autocumplida, no porque sea cierta, sino porque moldea el modo en que te muestras ante ella.

El problema de las historias obsoletas o heredadas

Muchas de las historias que llevamos dentro no vinieron de nosotros.

Ellos vinieron de:

  • Resultados preliminares de la carrera

  • Comentarios de los entrenadores

  • Comentarios de los compañeros de equipo

  • Expectativas de los padres

  • Una sola mala temporada que se convirtió en la narrativa

¿El problema? Estas historias no se actualizan automáticamente. Lo que antes parecía cierto ( "Siempre me desvanezco con el calor" ) puede que ya no sea cierto, pero si nunca lo has cuestionado, sigue guiando tus decisiones. Has evolucionado. Tu historia también debería hacerlo.

Paso 1: Identificar la historia que se repite

Empecemos por preguntarnos: ¿Qué es lo que siempre parezco decir sobre mí como deportista ?

Completa las frases:

  • “Soy el tipo de deportista que…”

  • “Cuando las cosas se ponen difíciles, siempre…”

  • “Lo que me define en el deporte es…”

Entonces pregúntate: ¿Quién me dio esta historia? ¿Fue algo merecido? ¿Era cierta entonces, pero ahora está obsoleta? ¿Quiero que siga formando parte de mi identidad? Ponerle nombre a la historia es el primer paso para cambiarla.

Paso 2: Separar la narrativa de la evidencia

A tu mente le encantan los patrones. Construye identidad a partir de instantes, pero a menudo ignora la imagen completa.

Digamos que tu historia es “No soy un ciclista fuerte”.

Preguntar:

  • ¿Eso se basa en unas cuantas carreras o temporadas malas?

  • ¿Ha continuado realmente ese patrón?

  • ¿He mejorado y nunca lo he reconocido?

  • ¿Entreno como quien cree que puede mejorar?

Enumera de 3 a 5 pruebas que desafían la historia anterior. Incluso las más pequeñas. Son el comienzo de un nuevo guion.

Paso 3: Re-autorizar con intención

No necesitas borrar tu historia, sólo necesitas revisarla.

En lugar de:

“Siempre exploto en el último tercio”.


Intentar:

“Estoy aprendiendo a gestionar mi esfuerzo incluso en la fatiga”.

En lugar de:

“Sólo estoy aquí porque soy terca”.

Intentar:

“Mi consistencia es mi superpoder”.

En lugar de:

“No tengo la complexión de un auténtico triatleta”.

Intentar:

“Corro con lo que tengo y es suficiente”.

Este es un trabajo de identidad narrativa en tiempo real. El objetivo no es fingir positividad. Es decir la verdad que quieres desarrollar.

Paso 4: Vive la nueva historia en el entrenamiento

Ahora viene la integración .

Empieza a actuar como el atleta de tu nueva historia:

  • Si tu historia es “Termino fuerte”, practica el ritmo y el cierre con fuerza, incluso cuando tu cerebro te diga que pares.

  • Si tu historia es “Estoy desarrollando resiliencia mental”, mantente presente durante las repeticiones incómodas.

  • Si tu historia es "Confío en mi estado físico", entrena sin analizar demasiado los datos. Deja que tu cuerpo hable.

Cada vez que actúas en consonancia con tu nueva narrativa, la refuerzas. Tu cerebro empieza a creer, porque tu comportamiento es la prueba.

Paso 5: Utilice la reflexión para reforzar el cambio

Después de cada sesión o carrera, tómate 3 minutos para escribir:

  • “¿Cómo me presenté hoy en sintonía con mi nueva historia?”

  • “¿Dónde intentó volver la vieja narrativa?”

  • "¿Qué frase quiero llevar a cabo en mi próximo esfuerzo?"

Estas reflexiones no son superficiales. Son una reconfiguración. Le estás enseñando a tu cerebro una nueva historia, a propósito.

Preguntas frecuentes: Identidad narrativa en el deporte

¿Qué pasa si siempre he tenido la misma identidad en el deporte?

Es normal. La mayoría de nosotros llevamos historias que construimos desde pequeños. Pero al igual que tu estado físico, tu mentalidad también debería evolucionar. Las historias obsoletas limitan el potencial actual.

¿Puedo tener múltiples narrativas a la vez?

Sí. Algunas partes de tu historia pueden ser empoderadoras, otras limitantes. El objetivo es amplificar las voces que te ayudan y replantear las que te frenan.

¿Se trata sólo de una cuestión de mentalidad o también afecta al rendimiento?

Afecta a ambos. Tu historia influye en tu esfuerzo, tu toma de decisiones bajo presión, tu en el ritmo y tu de recuperación . Está profundamente ligada al rendimiento.

¿Cómo sé si una historia me hace daño?

Si te mantiene pequeño, cauteloso o avergonzado, te hace daño. Si impulsa el crecimiento, la compasión y la constancia , te beneficia.

Reflexiones finales

No estás atado a la historia con la que empezaste ni te define una carrera de hace cinco años. No estás aquí para repetir las expectativas de otros ni para vivir un guion antiguo. Eres el autor de tu propio camino. Con cada entrenamiento, cada contratiempo y cada salida, tienes la oportunidad de escribir la siguiente línea. Entonces, ¿qué elegirás escribir a continuación?

LECTURA ADICIONAL: DESARROLLE CLARIDAD EMOCIONAL Y RESILIENCIA

La información proporcionada en FLJUGA tiene fines exclusivamente educativos y no constituye asesoramiento médico, psicológico ni de entrenamiento. Consulte siempre con un profesional médico cualificado, un profesional de la salud mental o un entrenador certificado antes de comenzar cualquier nuevo programa de entrenamiento o de mentalidad.

Anterior
Anterior

Dejar ir para avanzar: Control, comparación y claridad emocional en el deporte

Próximo
Próximo

Hablar contigo mismo a largo plazo: convertir la fatiga en combustible