Cómo mantener la motivación cuando no tienes ganas de entrenar

Resumen:
Esta publicación explora cómo mantener la constancia en el entrenamiento cuando la motivación disminuye. Replantea la motivación como algo poco fiable y enseña a los atletas a crear sistemas, rutinas y hábitos que fomenten la constancia a largo plazo. Las estrategias clave incluyen empezar poco a poco, proteger la alegría, usar la disciplina como guía y cambiar la mentalidad de la emoción a la identidad. No se trata de sentirse listo, se trata de presentarse de todas formas.

Corredor moviéndose a lo largo de una tranquila costa al amanecer, simbolizando persistencia y motivación cuando la energía es baja.

El mito de la motivación constante

Sabes que entrenar importa, has establecido tus metas, has elaborado tu plan. Entonces… la vida se interpone. La energía se desvanece. El "porqué" empieza a desdibujarse. Este es el momento en que la mayoría de los atletas se estancan. No porque sean débiles, sino porque nunca aprendieron a seguir adelante sin motivación. Cambiemos eso.

Es tentador creer que los atletas de alto rendimiento se sienten motivados a diario. Pero la realidad es muy distinta. La motivación va y viene. Es inconsistente, impredecible y, a menudo, poco fiable. La disciplina, en cambio, es constante. Aparece incluso cuando la motivación desaparece.

Depender únicamente de la motivación es como depender del clima. Algunos días son brillantes y llenos de energía; otros se sienten pesados ​​y nublados. Si siempre esperas la " sensación adecuada " para entrenar, perderás más sesiones de las que completas. Por eso, la clave no es perseguir la motivación, sino crear sistemas, rutinas y herramientas mentales que te impulsen cuando no tengas ganas.

1. No esperes a sentirte listo, empieza poco a poco

Cuando el entrenamiento se sienta abrumado, empieza con un solo paso. El cerebro resiste la incomodidad, así que reduce la fricción. En lugar de presionarte para completar toda la sesión, comprométete a solo cinco minutos. Dite: " Empezaré con cinco ". A menudo, eso es todo lo que necesitas. Una vez que te mueves, tu mentalidad cambia. El calentamiento te da impulso y lo más difícil, empezar, ya lo has superado.

2. Construya sistemas, no solo buenas intenciones

La motivación es emocional. Los sistemas son prácticos. Si tu entrenamiento depende de cómo te sientes, te costará ser constante. Pero cuando te basas en un sistema, entrenas sin importar tu estado de ánimo. Empieza por establecer objetivos claros para la semana, no ideas vagas, sino específicos. " Entrenar cuatro veces " es medible. " Entrenar más " no.

A continuación, fija tu horario de entrenamiento con antelación. Protege esos momentos, como las citas, y, por último, elimina la fatiga de tomar decisiones diarias. Ten claro qué hay en el plan antes de empezar el día. Cuando entrenar forma parte de tu rutina, se convierte menos en un debate y más en un hábito. La pregunta no es "¿ Debería entrenar hoy? ", sino " ¿Qué voy a entrenar hoy? ".

3. Utilice el entorno como señal

Tu entorno influye en tus hábitos más de lo que crees. Las pequeñas señales marcan una gran diferencia, sobre todo cuando tienes poca energía. Prepara tu equipo la noche anterior para despertarte con menos obstáculos. Guarda listas de reproducción o vídeos que te den energía.

Elige lugares de entrenamiento que te recuerden por qué empezaste. Cuando tu entorno apoya tus objetivos, es más probable que los persigas, sin forzarlos.

4. Deja que la disciplina te guíe en los días difíciles

La disciplina no se trata de imponerse a la fuerza. Se trata de mantenerse fiel a tus valores, incluso cuando sea incómodo. Cuando falla la motivación, la disciplina interviene con claridad.

Suena así: " Haré lo que dije que haría ". O " No se trata de cómo me siento hoy, se trata de en quién me estoy convirtiendo ". No tienes que sentirte bien para entrenar bien. El acto de presentarse, incluso de forma imperfecta, le enseña a tu cerebro que eres confiable. Cuanto más cumplas, más confianza tendrás en ti mismo.

5. Protege la alegría, incluso en el entrenamiento duro

El entrenamiento debe ser desafiante, pero no miserable. Cuando cada sesión se vuelve agotadora, la motivación desaparece rápidamente. Por eso es importante proteger la alegría. Cada semana, programa una " sesión de libertad ": algo desestructurado, sin presión y puramente placentero. Sin GPS ni objetivos. Solo movimiento por el movimiento.

La alegría mantiene viva tu relación con el entrenamiento y, a veces, es ahí donde la motivación regresa silenciosamente.

6. Cambiar la pregunta

La mayoría de los atletas se preguntan: " ¿Tengo ganas de entrenar? " en los días difíciles. Pero esa pregunta se centra en sentimientos pasajeros. En lugar de eso, intenta preguntarte: "¿ Qué tipo de atleta quiero ser hoy? ". Es un cambio sutil, de la emoción a la identidad. De cómo te sientes a cómo quieres presentarte.

No necesitas ser perfecto, sólo necesitas ser constante y cuando tus acciones se alinean con tus valores, es cuando comienza el verdadero impulso.

Preguntas frecuentes: Cómo mantenerse motivado para entrenar

¿Cómo sé si necesito descansar o simplemente me siento desmotivado?

Registro: ¿Te sientes físicamente agotado, dolorido o confuso mentalmente? Si es así, descansa. Si no, intenta comenzar la sesión; sabrás rápidamente si simplemente estás en un bajón mental.

¿Qué pasa si sigo saltándome sesiones y me siento culpable?

La culpa no ayuda, la curiosidad sí. Pregúntate: ¿Por qué me salto las sesiones? Luego, ajústalas. Reduce la intensidad, cambia el formato o incorpora victorias más fáciles.

¿Debo seguir adelante cada vez que me siento deprimido?

No siempre. Sigue adelante cuando se alinee con tu objetivo principal. Haz una pausa cuando tu cuerpo o mente necesiten recuperarse. La clave está en reconocer la diferencia y responder, no reaccionar.

¿Cómo logran los atletas de élite mantenerse tan constantes?

No dependen de la motivación, sino de sistemas, autodisciplina y hábitos mentales . Tú también puedes desarrollarlos, día a día.

Reflexiones finales

Habrá días en que entrenar te parezca fácil. Y días en que te parezca imposible. Tu éxito no depende de la frecuencia con la que te sientas motivado. Depende de lo bien que actúes cuando no lo estés. Así es como se genera impulso. Así es como se construye la convicción.

LECTURA ADICIONAL: DOMINA TU MENTALIDAD DE RESISTENCIA

La información proporcionada en FLJUGA tiene fines exclusivamente educativos y no constituye asesoramiento médico, psicológico ni de entrenamiento. Consulte siempre con un profesional médico cualificado, un profesional de la salud mental o un entrenador certificado antes de comenzar cualquier nuevo programa de entrenamiento o de mentalidad.

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